Para José Cura será una noche de reencuentros: con el público del festival, ante el que se ha presentado en otras ediciones como cantante y como compositor, con uno de los papeles estelares de su carrera y con la soprano Barbara Fritolli. La cantante italiana fue su primera Desdémona, la soprano que le acompañó en escena cuando el argentino debutó en el rol del moro de Venecia y desde entonces han vuelto a encabezar juntos el cartel de “Otello” en numerosos teatros. “Me ha matado ya muchas veces”, ha bromeado la soprano durante la presentación de la jornada inaugural.
José Cura ha defendido que la ópera “es una de las pocas cosas que quedan en el mundo donde el ser humano se enfrenta con sus pequeñeces y sus grandezas delante de otros seres humanos sin red”.
“La ópera es lo más parecido a los toros que existe”, ha opinado el cantante, quien ha argumentado que cuando el espectador “está esperando que el tenor se dé de morro contra el muro cuando llega el agudo”, es “lo mismo” que cuando el público taurino espera a ver qué pasa con el torero en el momento en que “hace una verónica o va a matar el toro”.
Y, para Cura, “todo eso no puede morir”. “El arte clásico no muere, nos toca a nosotros mantenerlo lo más brillante posible”, ha afirmado, tras asegurar que es responsabilidad de los artistas y de los gestores culturales el que la lírica no se convierta en “un museo con las esculturas llenas de tierra” porque ambos son sus “guardianes”.
La crisis económica ha llegado también al Festival de Santander, que este año no alzará el telón con una producción operística sino con una ópera en concierto, sin vestuario, sin decorados y sin movimiento escénico.
El argentino Mario de Rose estará en el podio frente a la Orquesta Sinfónica de Bilbao y el Coro de Ópera de esta ciudad para dirigir una partitura, a su juicio, “tan difícil y compleja” como este “Otello”, una de las grandes obras maestras de Verdi.
Según José Cura, Otello es mucho más que una historia de celos “por una pañuelito de nada” porque detrás de la obra de Shakespeare hay “una denuncia enorme de la falsedad, del uso de personas, del racismo” que hoy, después de 600 años, sigue siendo actual.
A su modo de ver, el tercer acto de esta ópera no es “más que el desarrollo musical magistral” de un acto de violencia de género.
Además cree que la obra tiene “una lectura distinta” desde el 11 de septiembre de 2011 porque también habla de fundamentalismo, de quienes defienden sus ideas por la violencia “lleven turbante o lleven corbata”.
José Cura y Barbara Fritolli compartirán escenario con el barítono georgiano Lado Atanelli, que se ha incorporado al reparto ayer mismo porque el “Yago” inicialmente previsto, Vladimir Stoyanov, se ha puesto enfermo, y con Carlos Osuna en el papel de Cassio.
Tanto el consejero de Cultura, Miguel Ángel Serna, como el concejal del área de Santander, César Torrellas, han expresado el apoyo del Gobierno y del Ayuntamiento al Festival, de cuyo patronato forman parte las dos instituciones.
Serna ha subrayado el respaldo de su departamento al FIS, que es patrimonio, ha dicho, de todos los cántabros y “el buque insignia” de la cultura en la capital.
El consejero ha señalado que “quizá” habrá que hacer alguna adaptación en su programación, como ya ha ocurrido este año, y también ha hecho un llamamiento al mecenazgo.
Más de treinta empresas colaboran en esta 60 edición, según ha apuntado el director del FIS, José Luis Ocejo, quien ha defendido el valor “de una realidad cultural que ha enriquecido Santander y Cantabria desde España y Europa” en estos tiempos de crisis económica.
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