martes, 2 de noviembre de 2010

EL APOGEO DEL BEL CANTO - PARTE 1

El prolongado proceso emancipador vivido en Italia  , que abarca desde 1815 hasta 1870 y que culminó con la unificación italiana, denominado "Il Risorgimento" coincide con lo que se ha dado en llamar "El siglo de oro" de la ópera italiana, y tiene sus más claros exponentes en Gioacchino Rossini, Gaetano Donizetti, Vincenzo Bellini, y finalmente en Giuseppe Verdi.
Antes de entrar en tema, queremos  agradecer muy especialmente al Honorable Concejo Deliberante de Vicente López la posibilidad de tener en el Salón Guillermo Manzon este ciclo dedicado al género que amamos, y a todas y cada una de las numerosas personas que se acercaron a compartir con nosotras el primero de nuestros encuentros, así como a los medios de comunicación zonales que nos han dado espacio en sus programaciones y a los sponsors que nos han brindado un invalorable apoyo,  confirmando que la propuesta original de ArtZone tenía sentido, que la ópera no es un misterio para iniciados ni un espectáculo de élite, que está al alcance de todo aquél que ame la música y que como nosotros se maraville ante ese instrumento incomparable que es la voz humana.
Las propuestas en cuanto al repertorio serán muy diversas pero siempre  interesantes, pero lo más importante  para mí fue el encuentro a nivel humano, la calidad y calidez de la gente, la alegría con la que todos y cada uno llegamos a las reuniones . En un tiempo donde nos es tan necesaria una caricia para el alma , la posibilidad de dos mágicas horas de  cita con la ópera es algo que agradezco desde el fondo de  mi corazón ,  y que no pude dejar de compartir con ustedes
Pero el motivo actual de esta nota es presentar a  Donizetti y a Bellini y hablar un poco de su época, tiempo de profundos cambios en todos los aspectos, de "popularización" de la música, de exaltación del yo individual, de los grandes ideales románticos, de la posibilidad de sacar a la música de las cortes y las capillas y acercarla a públicos cada vez más numerosos y también cada vez más conocedores, ya que el creciente perfeccionamiento de los instrumentos musicales creó al mismo tiempo un nuevo público de melómanos , gente de clase media que comenzó a asistir con  regularidad  a los conciertos , pero también generó la práctica musical hogareña , en los salones familiares . Esta "democratización " de la música en general trajo consigo ventajas y desventajas, ya que si bien mayor cantidad de personas tuvieron acceso a ella, el nivel en general se simplificó. Baste recordar , por ejemplo, el furor que causaron en la época los dos Strauss (padre e hijo) con sus valses vieneses, y el nacimiento de la opereta, que dará paso en el siglo XX a ese maravilloso género que conocemos como comedia musical.
En este ambiente  se desarrolló  la vida de Gaetano Donizetti, compositor de desparejas obras , desigual, por momentos el más inspirado de todos los de su época, y siempre perseguido por la tragedia familiar y la enfermedad. Nació en Bérgamo el 27 de noviembre  de 1797 y comenzó muy joven sus estudios musicales. Johann Simon Mayr , compositor alemán exitoso por aquel entonces, autor de decenas de óperas de las que hoy ni se  recuerdan los títulos, fue uno de sus primeros maestros, y luego marchó a Bolonia, a los 18 años, para estudiar con Mattei , maestro de Rossini. En 1816 compuso "Il Pigmalione ", su primera ópera , que tiene la particularidad de haber sido estrenada hace poco más de 40 años, en un festival que la ciudad de Bérgamo realizara en su homenaje durante 1960. La primera ópera que Donizetti logró estrenar fue "Enrico di Borgogna", que en 1818 subió a escena en el San Lucas de Venecia con un recibimiento discreto por parte del público. Pero el verdadero y gran éxito le llegó en 1824, con dos obras que se estrenaron con escasa diferencia de meses y lo proyectaron internacionalmente : "Zoraida di Granata" y "L´aio nell´imbarazzo". Este suceso le obligó a entrar en una vorágine durante la cual llegó a componer ocho óperas durante el mismo año para satisfacer las demandas que los teatros hacían de ellas , pero es de comprender que tamaña cantidad de producción no puede tener la calidad de obras serenamente elaboradas. Pero la consolidación de su estilo ya es notoria en la "Anna Bolena " de 1830, la cual fue seguida por tres obras maestras : el delicioso "L´elisir d´amore" de 1832, un año después "Lucrezia Borgia" y "Maria Stuarda"  en 1834.
Además de esta intensa actividad como compositor, en 1829 fue nombrado Director del Teatro Real de Nápoles, ciudad en la que se había establecido un par de años antes, y en 1834 le nombraron profesor de contrapunto del Conservatorio: un año después compone la más célebre de sus óperas, "Lucia di Lamermoor", y comienza el período más terrible de su vida, una sucesión de tragedias familiares que a partir de la muerte de su padre le hacen perder en menos de dos años a todos sus seres amados, ya que poco después muere la madre, la hija y finalmente su esposa . Sumando a ello el fracaso rotundo de "Pía de´Tolomei" en la Scala, nadie puede sorprenderse ante la profunda depresión en la que cayó y ante la aparición de los primeros síntomas de los trastornos mentales que al final de su vida causaron su  reclusión en un manicomio.
Abandonó Nápoles, vivió algún tiempo en París, y en 1838 lo encontramos trabajando otra vez con ritmo frenético, estrenando obras como "La figlia del reggimento", "La favorita" (ambas de 1840) , "Maria di Rouan",  "Dom Sébastien" . Durante las representaciones de ésta última comenzaron a notarse los síntomas de su enfermedad mental, pero aún así , ese mismo año (1834) estrenó en el Teatro Italiano de París la que se considera su obra maestra : "Don Pasquale"  , ópera bufa en 3 actos que contó con la presencia de la suprema diva del momento, la soprano Giulia Grisi, en el rol protagónico de Norina.
Agotado por el esfuerzo de haber escrito en 25 años 75 óperas, 28 cantatas, 115 obras sacras,  13 sinfonías, 18 cuartetos, 3 quintetos e incontables piezas de salón y arias de cámara, cayó gravemente enfermo en 1844 durante los ensayos de "Caterina Cornaro" y ya nunca logró recuperar la coherencia necesaria para concluir la composición de "Il duca d´Alba", ya que debió ser internado en un centro de salud mental de su Bérgamo natal y falleció en este lugar el 8 de abril de 1848.

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