martes, 16 de noviembre de 2010

EL APOGEO DEL BEL CANTO - PARTE 2

Continuamos con nuestra aproximación a los más claros exponentes del "bel canto" con Vincenzo Bellini, hijo de un modesto organista siciliano, que nació en Catania el 1º de noviembre de 1801 y recibió en su casa las primeras lecciones de música. Su abuelo, del cual heredó el nombre Vincenzo, también había sido músico , alumno del famoso Piccinni, y al ver la facilidad del pequeño para  componer , el municipio de Catania decidió becarlo y enviarlo a Nápoles, a estudiar con el maestro Zingarelli, autor muy de moda en la época , compositor de unas 40  óperas de las  que ninguna perdura, y el joven Bellini a sus 13 años compone "Adelson e Salvini", cuyo éxito en el estreno en el Conservatorio lo decide a dedicarse al género operístico en exclusividad . Así como Chopin destina su producción al piano, Bellini se vuelca absolutamente a la lírica y aparte de sus 11 óperas sólo ha dejado algunos motetes y la cantata "Ismene", uno de sus primeros triunfos juveniles y que hizo que el célebre empresario Barbaia le encargara una ópera para el San Carlo de Nápoles, y así es que compuso "Bianca e Fernando" , cuyo rotundo éxito le valió un nuevo encargo , esta vez para la Scala de Milán: "Il pirata" (1826) .Tres años después consolida su posición con dos exitosas obras : "La straniera"  y  "Zaira", y en 1830 llega "I Capuletti e  i Montescchi" para afirmar su prestigio ante el público y la crítica con las dos obras maestras que en 1831 estrena en la Scala , "La Sonnambula" y "Norma", que narra la historia de los amores ilícitos de la sacerdotisa con el procónsul romano Pollone, una de la óperas más frecuentadas en todos los teatros del mundo y que suele ser considerada como la apoteosis del bel canto, pero de la que no debemos olvidar sus cualidades dramáticas. Los personajes femeninos  son complejos, sus protagonistas deben hallar el equilibrio entre  las grandes dificultades vocales y las exigencias dramáticas , tanto el personaje de Norma como el de Adalgisa requieren de excepcionales intérpretes , para recrear los infinitos matices que proponen  estos dos roles.
"Beatrice di Tenda" fue la siguiente ópera , dos años más tarde, pero pese a su cuidadosa elaboración y al perfeccionismo que le dedicara, la respuesta del público fue más bien fría, y Bellini, decepcionado, se marchó a París a presentarse ante el mismísimo Rossini, que por ese entonces  se dedicaba a dirigir el Teatro de los Italianos de la capital francesa. Le pidió que le encargara una ópera para dicha sala y afortunadamente Rossini no dudó en hacerlo : es así como a comienzos de la temporada de 1835 subió a escena la más lograda de las producciones bellinianas , "I puritani", cumbre del belcantismo, donde brilla no sólo el genio melódico, que fluye constantemente, sino donde se aprecian las virtudes teatrales del compositor.
Desgraciadamente, poco pudo disfrutar del reconocimiento de público y crítica que le valiera esta obra , ya que apenas unos meses más tarde una infección intestinal de fulminante evolución le causó la muerte el 24 de noviembre de 1835, exactamente tres semanas después de haber cumplido tan sólo 34 años.
Un abrazo para todos y hasta nuestro próximo encuentro 

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