Infancia y juventud
Nació en Gálata (actual barrio de Karaköy, en Estambul), hijo de Louis Chénier (un comerciante de ropas procedente del Languedoc que había llegado a ser el equivalente al cónsul francés en Constantinopla. Aunque su madre, Elisabeth Santi-Lomaca se jactaba de sus orígenes griegos (su hermana será la abuela de Adolphe Thiers), estos son bastante dudosos.Cuando André tenía tres años de edad, regresó con su familia a Francia. De 1768 a 1775 su padre trabajó de cónsul en Marruecos, pero su familia permaneció en Francia. La infancia de André y su hermano Marie-Joseph transcurrió en Carcasona, en casa de una tía, hasta que marcharon a París para estudiar en el Colegio de Navarra entre 1773 y 1781 (colegio en el que se habían formado personajes tan importantes como Jean Gerson o Bossuet).Su madre, le transmitió el amor por la Antigüedad clásica, que habría de conformar su gusto estético: su poesía, en este sentido, responde a la ambición de conjugar la mentalidad de su tiempo con la estética clásica. Su culto a la perfección formal y a la serenidad en la expresión es la inquietud propia de un ilustrado. Realiza su primera aproximación al mundo de la literatura, junto a su hermano Marie-Joseph en el salón literario de su madre, al que acuden algunos de los intelectuales más conocidos del momento, como el poeta Lebrun-Pindare, el químico Lavoisier, el compositor Lesueur, el caballero Dorat (escritor) y, un poco después de estas fechas, por el pintor Jacques-Louis David. Aún adolescente, trabajará en unas Elegías. En 1783 ingresó como cadete en el regimiento de Estrasburgo, pero su paso por el ejército fue breve.
Vocación poética: primeras obras
Ya en París se manifestó su vocación poética y su gusto por los poetas clásicos. Su viaje a Roma en 1784 le confirmó su amor por la Antigüedad. Visitó también Nápoles y las excavaciones de Pompeya y volvió a París con la mente llena de imágenes poéticas y de proyectos, de los que realizó muy pocos. Durante cerca de tres años estudió y experimentó obras en verso sin que su familia le presionara para que se dedicara a otras labores o le interrumpiera. Escribió principalmente églogas y poesías bucólicas, a imitación de las obras de Teócrito, Bión de Esmirna y del resto de poetas de la Antigua Grecia.Entre los poemas que escribió o esbozó durante este tiempo se encuentran L'Oaristys, L'Aveugle, La Jeune Malode, Bacchus, Euphrosine y La Jeune Tarentine ("La joven de Tarento"), este último un buen ejemplo de cómo Chénier asimilaba e integraba las influencias clásicas, pues es una especie de mosaico personal en el que hay reminiscencias de una docena de poetas antiguos. Eran los tiempos del Neoclasicismo en el arte y Chénier prefería el helenismo al periodo ático. Chénier fue mucho más que un imitador: "La joven de Tarento" es una obra de emoción e inspiración personal; aunque su colorido poético proceda de la Mitología clásica, su espíritu es totalmente propio, como lo son otras obras de inspiración clásica de poetas como Milton, Gray, Keats o Tennyson.
Además de sus églogas y sus elegías, Chénier experimentó también desde su primera juventud con poemas de carácter filosófico y didáctico. Cuando comenzó su Hermes en 1783 tenía la ambición de condensar la Encyclopédie de Denis Diderot en un poema, a la manera de lo que había hecho Lucrecio. Este poema meditaba sobre la posición del hombre dentro del Universo, primero solitario y después en sociedad. El poema nos ha llegado de manera fragmentaria y aunque tiene pasajes de gran calidad, es demasiado deudor de las ideas de Erasmus Darwin. En otro fragmento poético titulado L'Invention encontramos una declaración de principios de Chénier sobre su poética: Sur des pensers nouveaux, faisons des vers antiques («Sobre pensamientos nuevos, hagamos versos antiguos»). Suzanne se inspira en la historia bíblica de Susana (narrada en el libro del profeta Daniel) y es una obra ambiciosa, escrita en seis cantos.
Durante este tiempo André no publicó nada y muchas de estas obras quedaron inconclusas.
Estancia en Inglaterra
En noviembre de 1787 se le presentó una gran oportunidad: el nuevo embajador francés en Londres, M. de la Luzerne, le ofreció ser su secretario. El puesto era demasiado bueno como para rechazarlo, aunque no apreciaba al pueblo inglés y escribió amargas burlas sobre Ces Anglais. Nation toute à vendre à qui peut la payer. De contrée en contrée allant au monde entier, Offrir sa joie ignoble et son faste grossier. («Estos ingleses. La nación entera se vende al mejor postor. De pueblo en pueblo se extienden por el mundo entero, ofrecen su alegría innoble y su fasto grosero») y se retrató a sí mismo odiándose por estar en las orillas del fière Tamise (el «fiero Támesis»). No estudió a fondo la literatura inglesa, aunque parecía interesado en la obra de John Milton y James Thomson y en alguno de los versos de Chénier se aprecia una remota inspiración de Shakespeare y de Thomas Gray.Revolución francesa. Prisión, últimas obras y muerte
Los acontecimientos de 1789 y el éxito de su hermano menor, Marie-Joseph, como polemista político hicieron que todos sus pensamientos estuvieran puestos en Francia y que tomara la decisión de regresar. En abril de 1790 abandonó Londres y volvió a la casa paterna en la calle de Cléry de París. Francia estaba en aquellos momentos en un periodo de convulsión política, al borde de la anarquía. Chénier pensaba que la revolución había cumplido sus objetivos con la implantación de una monarquía constitucional y abogaba por su fortalecimiento y porque a partir de entonces todos los franceses se sometieran al imperio de la ley. Aunque moderado en sus ideas políticas, era muy apasionado en la defensa de sus opiniones y peligrosamente impetuoso al rebatir las ideas contrarias. El anterior poeta pastoril se había transformado en un maestro de la sátira. Su texto Avis au peuple Iran Qais (24 de agosto de 1790) tuvo su continuación en el retórico Jeu de paume, suerte de oda moral dirigida al pintor Jacques-Louis David.Frecuentó el Club de los Feuillants y colaboró frecuentemente en el Journal de Paris entre noviembre de 1791 y julio de 1792, cuando escribió su inflamado poema a Collot d'Herbois, Sur les Suisses révoltés du regiment de Châteauvieux. La insurrección del 10 de agosto de 1792 anuló y dispersó a los miembros de su partido y sólo se salvó de las matanzas de septiembre gracias a que huyó camino de Normandía. Al mes siguiente su hermano, Marie-Joseph, formó parte de la Convención Nacional. André veía sombrío la marcha de los acontecimientos en Francia. Escribió una Ode a Charlotte Corday felicitando a Francia porque Un scélérat de moins rampe dans cette fange («Un malvado menos» -Marat- «se arrastra por este fango»). En un escrito dirigido expresamente a Malesherbes reúne argumentos en defensa del rey Luis XVI.
Fue conducido preso al Palacio de Luxemburgo (situado en las afueras de París) y después a la prisión de Saint-Lazare. Durante los 140 días de su prisión escribió los maravillosos yambos (en versos alternos de doce y ocho sílabas) que (en palabras de la Encyclopædia Britannica, 1911) hiss and stab like poisoned bullets («silban y cortan como balas envenenadas»). Estas obras llegaron a conocimiento de la familia de Chénier gracias a la venalidad de uno de sus guardianes. En la cárcel escribió el más conocido de sus poemas, el patético La jeune captive («La joven cautiva»), un poema lleno de encanto y de desesperación. Sofocado por la atmósfera de crueldad y vileza, la agonía de Chénier pudo expresarse en estos últimos yambos que escribió contra la Convención. Su hermano Marie-Joseph hizo cuanto pudo por socorrerlo y liberarlo, pero fue inútil. Diez días antes de morir, el pintor Joseph-Benoît Suvée acabó el más conocido de los retratos del poeta.
Fue mandado ejecutar por Robespierre (que había sido una de las personas más criticadas por Chénier en sus artículos del Journal de Paris). Al atardecer André fue conducido en una carreta hacia la guillotina, junto a una princesa de Mónaco, y ambos fueron ejecutados en la Plaza de la Nación.
Tres días más tarde, Robespierre fue depuesto e igualmente guillotinado, terminando así el periodo del Terror.
Existe un testimonio sobre los últimos momentos de Chénier debido a Latouche. Su relato es demasiado melodramático y debe ser tomado con prevención.
El cuerpo de André Chénier está sepultado en el cementerio de Picpus.
La muerte prematura de Chénier (no había cumplido treinta y dos años) interrumpió abruptamente una carrera destinada a lo más alto, dada su sensibilidad y la maestría que demuestra en los poemas que pudo escribir.
En vida sólo publicó Jeu de paume (1791) y el Hymne sur les Suisses (1792). El resto de su obra apareció póstumamente, incluido el Jeune Captive, publicado en la Decade philosophique el 9 de enero de 1795. La Jeune Tarentine apareció en Mercure el 22 de marzo de 1801 y Chateaubriand citó algún pasaje de esta obra en su Genio del cristianismo.
La primera edición de la poesía de Chénier fue la que hizo el escritor Henri de Latouche en 1819. Después de esta editio princeps se descubrieron numerosos poemas y fragmentos. Becq de Fouquiéres editó un nuevo volumen en 1862 y otro más completo en 1872. El mismo investigador publicará en 1875 Nuevos documentos de André Chénier. En 1892 la señora Elisa de Chénier legó a Bibliothèque Nationale los manuscritos que conservaban los familiares del poeta. Paul Dimoff pudo finalmente fijar la obra completa de André Chénier, que se publicó en la editorial Delagrave.
la casa de André Chénier en 1793 - 97 rue de CleryEsta foto se tomó en 1907 |
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