por Elizabeth Ryske
Como vimos en nuestra entrega anterior, Claudio Monteverdi , después de enemistarse con el Duque, desde Mantua marchó a Venecia, donde el Senado le otorgó de inmediato el puesto de organista de San Marco, cargo que desempeñaría hasta su muerte en 1643. La ciudad le recibió con los brazos abiertos y él contribuyó a acrecentar el prestigio cultural de la misma, porque su presencia se convertirá en el punto de partida de la "escuela veneciana", uno de los dos polos de atracción de la vida operística de la península ( el otro obviamente será Nápoles) durante más de un siglo.
No nos olvidemos que es en la ciudad de los canales donde abre sus puertas el Teatro San Cassiano en 1637, que fue el primer teatro público dedicado a la ópera inaugurado en el mundo, y que en 1639 se abre el de los Santos Giovanni y Paolo, habiendo cuatro teatros funcionando regularmente hacia 1650, período en el cual se está realizando una importante transformación no sólo cultural sino también social : la del paso del público de la corte, el de los aristócratas y miembros de la nobleza convocados por rigurosa invitación, a este público anónimo que accede al espectáculo teatral mediante el novedoso sistema del pago de una entrada .
Esta "democratización" de la ópera requiere también un cambio en los argumentos que pasan de los temas mitológicos a los históricos, y que requieren nuevas puestas en escena, con abundante tramoya (llámase así a la maquinaria escénica) que permita efectos especiales cada vez más complejos, y con la oportunidad de lucimiento para los cantantes. Monteverdi enfrenta exitosamente el desafío y en sus dos últimas óperas , estrenadas ambas en el San Cassiano, encontramos una suma de inventiva que no tiene precedentes en el género . "Il ritorno d´Ulisse in patria" , en un prólogo y cinco actos con texto de Giacomo Badoano sobre los cantos XII y XXIV de la Odisea, fue estrenada en febrero de 1641 , obra singular y extravagante que mezcla por momentos el estilo lírico y el bufo, permaneció más de un siglo sin ser representada, hasta que fue reestrenada en Paris en 1925. "L´incoronazzione di Poppea" , considerada su obra maestra , es de un extraño "modernismo" musical , lleno de audacias armónicas , rítmicas y vocales por las cuales los críticos musicales la encuentran sorprendentemente cercana a Wagner y Berlioz ; fue estrenada en el otoño de 1642, constando de un prólogo y tres actos , o en dos partes divididas en siete cuadros, con libreto de Giovanni Francesco Busenello sobre los "Anales" de Tácito. Un momento crucial en la historia de la ópera , una encrucijada de la que surgirán dos caminos, dos tendencias , que con el correr del tiempo nos llevarán de Mozart a Verdi, de Gluck a Wagner ... Pero aquí nos detenemos hasta nuestro próximo encuentro, en el cual iremos presentando a los continuadores de esta historia.
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